La Cuarta Revolución Industrial y las nuevas expatriaciones
¿Algún día llegaremos a expatriar robots? Es muy sonado el reciente caso de Sophia, la robot humanoide con Inteligencia Artificial desarrollada por la empresa Hanson Robotics en Hong Kong, a la que el gobierno de Arabia Saudita le otorgó en el 2017 de forma oficial la nacionalidad de dicho país.
De esta manera Sophia se convertía en la primera ciudadana no-humana de la historia y a raíz de ello nacen una serie de dudas relacionadas a sus derechos y obligaciones, ¿podría Sophia casarse, votar, o incluso postularse a candidata? ¿debe tributar Sophia en Arabia Saudita, o en Hong Kong? ¿necesitará tramitar visados como cualquier otro ciudadano saudí? ¿podría ir a la cárcel ante cualquier crimen que pueda cometer? ¿es totalmente responsable de sus actos? hay quienes incluso señalan que Sophia es una robot que tiene más derechos que las mismas mujeres en Arabia Saudita.
¿Fue esto una acción puramente de Marketing o realmente estaba el gobierno saudí totalmente consiente de las implicaciones que conllevaría? Eso aún estará por verse, lo que sí esta claro es que estamos ante una revolución absoluta que está transformando todos nuestros aspectos sociales, culturales y de mentalidad.
Para definir en qué consiste la Cuarta Revolución Industrial, conviene mencionar los aspectos más importantes de las tres anteriores. Entre los años 1760 y 1840 comenzaron las primeras transformaciones, la invención de las máquinas de vapor en Gran Bretaña se extiende alrededor del mundo y cambia totalmente el desarrollo de las industrias.
Entre los años 1850 y 1914, surge la Segunda Revolución Industrial, las innovaciones principales fueron la producción masiva del acero y las nuevas energías generadas del petróleo, la electricidad, y en un contexto de guerra mundial nacen grandes inventos como el automóvil, el avión y el teléfono.
La Tercera Revolución tardó un poco mas en llegar, a mediados del siglo XX surge la llegada de Internet y las Tecnologías de la Información y la Comunicación, la telefonía móvil y la era de la globalización.
Durante todas las épocas anteriores han surgido grandes transformaciones sociales, económicas, tecnológicas y culturales, acompañadas de incertidumbre e ideas de ciencia ficción que atemorizaban a los más escépticos. Pero el ser humano es adaptable y evoluciona constantemente, no somos lo mismo de hace 20 años, las nuevas generaciones exigen nuevos modelos educativos, económicos, sociales y de comunicación.
Hoy en día vivimos en ese paradigma futurista que contemplaban las películas antiguas, con la llegada de la inteligencia artificial, la robótica, la biotecnología, la impresión 3D, los vehículos autónomos, las energías renovables, las cadenas de bloques, el big data y la realidad virtual. La Cuarta Revolución Industrial, la Industria 4.0, se caracteriza por una amplia variedad de tecnologías que fusionan el mundo físico, biológico y el mundo digital e interactivo. El efecto combinatorio de las tecnologías, la inmediatez, el alcance y el impacto en los sistemas globales es el fenómeno que ha impulsado esta revolución.
Regresando a nuestra pregunta inicial, ¿algún día llegaremos a expatriar robots? La realidad es que todas las industrias alrededor del mundo están transformándose, es muy probable que en muchos mercados las máquinas lleguen a sustituir varios puestos de trabajo, pero de momento no se contempla que los robots se puedan valer por si mismos, más bien será necesaria una colaboración y complementación entre humanos y robots. Esto implica que algunos trabajos actuales desaparezcan, pero muchos nuevos surgirán, algunos incluso que aún no conocemos. La realidad es que dentro de nuestras cabezas está el material más complejo de todo el universo, las emociones, el juicio racional, la intuición, el razonamiento, la empatía y la creatividad, y eso (de momento) ninguna maquina es capaz de reemplazarlo.
Las empresas de todos los mercados deben tener en cuenta que para la expansión de sus negocios deben implementar la captación de talentos capacitados para adaptarse a estas tendencias y que puedan aportar un valor añadido al contexto profesional. Esto es lo que realmente marcará el rumbo de las nuevas expatriaciones.
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