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Responsabilidad Social, el factor empresarial que vino para quedarse

En un mundo global e interconectado las empresas ven el gran potencial de un mercado internacional con consumidores cada día más exigentes, con mayor conciencia y mejor informados de los productos que compran o los servicios que contratan. 

La Comisión Europea define la Responsabilidad Social Corporativa como el impacto que las empresas realizan en la sociedad.

Tal y como expone el mismo organismo, las compañías son socialmente responsables cumpliendo la ley, pero también integrando las preocupaciones sociales, ambientales y éticas de los consumidores y de los derechos humanos en sus estrategias de negocio.

En tiempos pasados y de manera más reducida, la RSC también estuvo presente. Las empresas destinaban parte de sus beneficios a actividades de carácter social. No obstante, el concepto que hoy entendemos por RSC, va más allá. Se ha ampliado y es más profundo, ya que debe dar salida a una demanda social más exigente.

Cada vez son más las empresas que integran políticas de RSC en su cadena de valor. El ya producido cambio, no sólo viene dado por el empuje social, quien excluye a aquellos que no son socialmente responsables, sino porque, a medida que pasa el tiempo, la consciencia sobre esta realidad va en aumento. La preocupación por los impactos sociales que realiza la empresa, subyace en cada persona que la integra.

De esta manera se determina que la RSC debe ser liderada por la empresa, siendo objetivo primordial la contribución al desarrollo sostenible. Para que ésta sea efectiva, debe nacer desde dentro y encajar con todos los valores que la representan.

Hay que tener en cuenta que la Responsabilidad Social, implica a tres agentes:

  1. La propia empresa, quien consigue beneficios en cuanto a la gestión del riesgo, ahorro en costes, acceso a capital, relaciones con sus grupos de interés, gestión de recursos humanos, aumento de la capacidad de innovación, etc.

  2. Diversas comisiones implicadas. La Responsabilidad Social hace que las empresas sean más sostenibles e innovadoras, lo que contribuye a una economía más sostenible.

  3. La propia sociedad, quien proporciona un conjunto de valores sobre los que se construye una comunidad más vinculada y da lugar a un sistema económico más sostenible.

El conocimiento de cada parte implicada en el proceso de producción es primordial y comprende desde el punto más general, al más específico. De esta manera, la Responsabilidad Social influye en la determinación de la ventaja competitiva, la reputación, la relación con otras empresas del sector, el gobierno del país, los medios de comunicación, la capacidad para atraer y retener a los trabajadores, el mantenimiento e impulso de la motivación, así como la productividad y el compromiso de todas las partes implicadas.

Los primeros seis principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas se centran en la dimensión social de la sostenibilidad corporativa, donde los derechos humanos son la piedra angular. Las empresas deben tener el compromiso de evitar dañar los derechos humanos y abordar cualquier impacto adverso que pueda estar relacionado con sus actividades.

Es por ello que la ONU determina como fundamental la calidad de las relaciones de una empresa y el compromiso con sus partes interesadas. Directa o indirectamente, las empresas afectan a su entorno.

La RSC no es algo pasajero, es una actividad que crea valor dentro y fuera de la empresa y vino para quedarse.


Por Carlota Flores – HR Department – Expat Advisors 

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Expertos en Global Mobility

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